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Estudio competitivo entre Uber y Cabify

Picture : Marca


De qué van?

Uber (Uber Technologies Inc.) es una empresa privada internacional de carácter tecnológico que funciona mediante una aplicación móvil a través de la cual los usuarios que necesiten transporte consiguen un conductor que les recoge en la ubicación deseada. La empresa tiene sede sede legal en San Francisco (Estados Unidos) y opera en varios países, entre ellos España. Se calcula que la compañía está funcionando con regularidad en más de 100 ciudades de todo el mundo. Su actual director ejecutivo o CEO es Dara Khosrowshahi. Yuri Fernández, director de comunicación de Uber, define la empresa como “líder mundial en plataforma de movilidad”. Además de dedicarse al transporte, Uber proporciona otro tipo de servicios como Uber Eats, con comida a domicilio, Uber Works, una ETT (Empresa de trabajo temporal) todavía en fase de desarrollo o Uber Movements, una aplicación que en tiempo real y gracias a la contribución de los usuarios, proporciona información precisa acerca del tráfico en las grandes ciudades.

Por su parte, Cabify es una empresa privada con sede social en Madrid que opera en más de 30 países, entre ellos España y en varios países de Latinoamérica. Como Uber, también tiene un carácter tecnológico y repite un patrón de funcionamiento muy similar ya que se dedica al transporte de pasajeros vía aplicación móvil. Su fundador y director ejecutivo desde 2011 es Juan de Antonio. La responsable de comunicación de Cabify, Laura Pérez, define la compañía de esta manera “claramente es una empresa tecnológica, basada en una plataforma de movilidad que hace uso de la innovación para ofrecer a los ciudadanos alternativas de calidad que les permitan moverse con libertad por la ciudad”. Mientras que Uber apuesta por el desarrollo tecnológico, Cabify se centra en la experiencia de los usuarios ofreciendo servicios adicionales como el Wifi gratis o la ya mítica botella de agua. Entre otros servicios ofrecen el Cabify Access destinado a personas con movilidad reducida, el Cabify Baby con sillitas para bebés o el Cabifly, un servicio de viajes en helicóptero que, de momento, sólo funciona en México.

Tipo de empresa según criterios económicos y jurídicos

Según los criterios económicos tanto Uber como Cabify son empresas del sector terciario ya que prestan un servicio que cubre una necesidad, en este caso, el trasporte y la movilidad. Para algunos, estas compañías no pueden considerarse como empresas de servicios ya que, según apunta Javier Busquets para Expansión, “Uber es un mercado que pone en contacto una demanda de personas que desean consumir servicios de transporte con una oferta de vehículos y conductores. Este es el problema: Uber es un mercado basado en una plataforma digital y que se rige por unas reglas de precio y calidad. Este mercado obviamente regula una actividad de transporte de personas. Por tanto no creo que Uber pueda considerarse como una empresa de servicios, es un fenómeno que trasciende este concepto”.

Según el tamaño de empresa podríamos decir que ambas son grandes empresas ya que las dos compañías superan los 250 empleados, en este caso, trabajadores autónomos en su mayoría. Además, en ambos casos, estamos hablando de empresas de ámbito multinacional ya que rebasan los límites geográficos de su país de origen, aunque bien es cierto que, por el momento, Uber gana la partida a Cabify operando en muchas más naciones. Según la propiedad del capital podemos decir que las dos son empresas privadas en las cuales el capital es propiedad particular. En relación a los objetivos de producción y la estructura social podemos afirmar que ambas son empresas capitalistas cuyo principal fin es el beneficio al capital y el ánimo de lucro. Como punto en discordia podemos decir que Uber se trata de una empresa multiproducto ofreciendo servicios como el transporte de pasajeros pero, además, el envío de comida a domicilio o el trabajo temporal, todavía en fase de desarrollo. Por su parte Cabify aunque ofrece diferentes servicios por el momento está centrada en la movilidad y transporte de personas de manera exclusiva, por lo que podríamos asegurar de que se trata de una empresa monoproducto.

Ambas son sociedades limitadas en las que el capital se configura gracias a lo aportado por los socios

En otro orden de factores, y teniendo en cuenta los criterios jurídicos, podemos decir que ambas son sociedades limitadas en las que el capital se configura gracias a lo aportado por los socios. Por lo tanto, en ambos casos, estamos hablando de sociedades mercantiles de carácter capitalista con personalidad jurídica propia. Según Jesús Martínez para El Español, en España Uber “opera con una filial española (Uber Systems Spain SL) que fue constituida en 2014”, mientras que en Cabify “Maxi Mobility Inc es el socio único de todas las filiales con las que opera en cada uno de los países. También la española, Maxi Mobility Spain SL”.


Su macroentorno

Nos centramos en este punto en el macroentorno en el que se mueven tanto Uber como Cabify en España. Si nos ceñimos a los factores político-legales, el gobierno aprobó una ley en 2015 que marcaba la otorgación de un permiso de VTC (Vehículos de Turismo con Conductor) por cada 30 Taxis. Sin embargo, según publicaba El Mundo “en España hay 64.961 licencias de taxi y unas 9.000 autorizaciones para conductores VTC. Esto implica un ratio de 7 taxistas por cada conductor de Uber o Cabify. Madrid es la provincia con mayor número de licencias de VTC con 4.308, el 47 % del total. Barcelona se encuentra en segundo lugar con 1.363”. Además, como también publicaba El Mundo, “la gestión de las autorizaciones de VTC y su otorgamiento es competencia de las Comunidades Autónomas por delegación del Estado. La inspección de los servicios también está delegada a las comunidades”.

Toda esta problemática surgida en torno a las licencias ha desencadenado en huelgas y protestas por parte de los taxistas que acusan a los VTC de competencia desleal. El problema surge ya que, como indica Juan Cruz Peña para El Confidencial, los VTC son “un nuevo competidor que ha crecido rápidamente al calor de la tecnología de plataformas como Uber y Cabify, que no cumplen con la ley actual... pero tampoco la incumplen”, a lo que añade “ninguna comunidad, encargadas junto con los ayuntamientos de conceder las licencias VTC y de velar por que funcionen con arreglo a la normativa, cumple el ratio que marca la ley de 2015”, refiriéndose a la ley 1/30, de un permiso por cada 30 licencias de taxi. Habrá que ver cómo desemboca toda esta polémica y si el gobierno toma cartas en el asunto para acabar con el problema y agradar a ambos bandos. Pero de momento, al menos en las Comunidad de Madrid, y según las últimas noticias, “el gobierno no cede y no legislará para propiciar el exterminio de las VTC”, como apunta R. Ruiz/J. Garrido para el periódico La Razón, así que el tendremos huelga y protestas para rato.

Otros factores tanto económicos como tecnológicos y socioculturales también han afectado tanto a Uber como a Cabify. Los cambios en los gustos o modas de los usuarios, las nuevas tecnologías y el uso de aplicaciones móviles han propiciado que muchos de estos usuarios se decanten por estas apps para conseguir un medio de transporte para cortos recorridos a precios relativamente más asequibles que los taxis. Además, la geolocalización que utilizan los VTC por vía móvil ha supuesto un punto de inflexión muy importante ya que se ha cargado el clásico gesto de levantar la mano y esperar a que un taxi nos recoja, ahora los chóferes de VTC vienen a buscarnos a nuestra localización concreta.

Su microentorno

En este punto nos centraremos en el microentorno en el que opera tanto Uber como Cabify. Si nos centramos en en el tipo de comprador o tipo de usuario que utiliza estos servicios podemos apuntar que se trata de un mercado de particulares, de usuarios individuales que se relacionan con el chófer VTC de manera también individual, aunque es un servicio que también se puede utilizar en grupo. Según el tipo que producto que ofrecen podemos afirmar que ambas empresas de VTC operan en el mercado de servicios del sector privado con fines de lucro ya que ofrecen un producto o servicio, en este caso, el transporte. Según el ámbito económico y geográfico, ambas empresas de VTC operan en un mercado internacional configurado por varios mercados nacionales. Se trata de un mercado fragmentando y multipaís en el que no existe interdependencia entre países, es decir, que cada país es independiente y tiene su propia legislación y leyes al respecto. No olvidemos que ambas empresas son multinacionales. Por último, en función del número de competidores estaríamos ante un Oligopolio en el que pocas empresas, en este caso Uber, Cabify y Taxi, hacen frente a muchos demandantes de un mismo producto o servicio, en este caso el transporte. Estamos, por tanto, ante una competencia imperfecta.

What's the future?


El futuro de Uber y Cabify pasa por regular la actividad de los permisos VTC. En Madrid, por ejemplo, ya se han puesto manos a la obra y pretenden resolver el problema antes de la llegada del mes de mayo. Como apunta Ana Rodríguez para Hipertextual “a partir del día 10 de noviembre, el Ayuntamiento abrirá una consulta pública a través de preguntas abiertas. Cuestiones sobre prioridades para los ciudadanos, temas de densidad de tráfico y contaminación, estacionamientos en vías públicas o, lo más importante, limitación de licencias. Una vez recogidos los datos, el Ayuntamiento tomará las decisiones pertinentes en cuanto a la limitación de número de vehículos circulando por la capital, horarios, modelos de coche o, incluso, tarifas”. Por su parte, en Barcelona según apunta Luis Benvenuty y Luis Federico Florio para La Vanguardia “Uber y Cabify, las dos grandes plataformas de VTC que operan en Barcelona, han anunciado que dejarán de dar servicio en la ciudad desde este viernes 1 de febrero, día en que entrará en vigor el decreto de la Generalitat que, entre otras medidas, obliga a una precontratación de 15 minutos - ampliables por los ayuntamientos - como reclamaban desde el sector del taxi”. Por esta razón, se espera que “el ERE de extinción afectará a unos 1.000 empleados” que se quedarán sin empleo, según apunta El Economista. Así que, por lo que vemos, todo el conflicto de los VTC contra los taxis ya está dejando sus primeros damnificados, no sólo afectando a los chóferes que pierden su empleo sino, además, afectando a los usuarios que se encunaran de nuevo sin opciones de elegir su medio de trasporte. Esta vez los taxistas ganan la batallan y se hacen de nuevo con el monopolio del servicio de transporte en vehículos en la ciudad condal.

Una vez se regule el servicio – si es que alguna vez se llega a este punto - el futuro de ambas empresas puede estar encaminado a la diversificación o ramificación de los servicios ofrecidos. Abrir horizontes ofreciendo nuevos productos puede suponer un giro de 180 grados para estas dos compañías. Por el momento, Uber lleva la delantera a Cabify que ya se ha puesto manos a la obra buscando alternativas que complementen al servicio ya ofrecido del transporte. Como apuntábamos en la introducción de este trabajo, Uber ya está trabajando con otros servicios para diferenciarse de sus competidores como Jump que ofrece bicicletas y patinetes eléctricos; Uber Eats que ofrece un servicio de comida a domicilio; o UberWorks, una ETT que ofrecerá puestos de trabajo a otras empresas.

Bibliografía.